2021 fue un año de descubrimientos. Así lo he definido -o he querido definirlo en mi cabeza- porque dentro de mis lecturas de literatura ecuatoriana del año, irrumpieron nuevas voces. Y con nuevas voces no sólo me refiero a autores y autoras jóvenes con nuevas publicaciones, sino también a la presencia de un fenómeno un poco más inusual: el descubrimiento de voces con una trayectoria sólida no tan conocida. Es por este motivo que para dar mayor coherencia a mi lista he planteado dividir este texto introductorio en tres partes: redescubrimientos, descubrimientos y relecturas.
Redescubrimientos
Comenzamos el año con pie derecho. La ‘‘Obra Completa’’ de Gilda Holst fue un libro que se anunció en preventa a finales de 2020 y que salió a comienzos de año. La espera, en este caso, valió la pena. Se trata de una obra inteligente, vertiginosa, donde nada es lo que parece. Una obra que para hablar mejor de estos redescubrimientos, me enseñó algo muy importante: los mejores escritores no siempre son los que publican en las editoriales más prestigiosas o los que se llevan todos los premios o causan mayor revuelo mediático. No. Los mejores escritores son (suelen ser) quienes construyen una obra a partir del propio universo. Es decir: los escritores que se dedican a escribir sin dar mayor interés a la fama o al reconocimiento.
Claro, sería egoísta decir que no hay escritores buenos y famosos. Los hay y de sobra. Abundan los escritores buenos en el mundo. Pero esto de jugar a ser El Lector Semiótico y reseñar libros por Instagram no me impide ver un poco más allá. O al menos intentarlo. Y para al menos intentarlo quisiera plantear una pregunta: ¿Qué sería de Kafka, por ejemplo, o del mismo Cervantes -dos autores indiferentes para su tiempo- si hoy en día no gozaran del prestigio que gozan? ¿Serían menos buenos? No pretendo hacer comparaciones ni decir que los escritores que aparecen aquí son Kafka o Cervantes, pero bajo la misma premisa pienso en ‘‘Habilidad con los caballos’’, de Roy Sigüenza, la obra reunida de un poeta editado durante años en editoriales pequeñas (incluso cartoneras) con ediciones inencontrables. Uno de los mejores poetas vivos del Ecuador. O también pienso en ‘‘Azulinaciones’’ de Natasha Salguero, una novela que con el pasar de los años se ha convertido en una obra de culto en la literatura ecuatoriana, aún con lo cuestionable que es la cantidad de lectores que hay en el Ecuador. Una obra psicodélica, experimental, totalmente diferente a lo que escribían por aquel entonces los grandes señores de la literatura ecuatoriana (que curiosamente hoy nadie lee). O pienso en Fernando Artieda, poeta guayaquileño, miembro del grupo Sicoseo, tan citado por su ‘‘ahora sólo nos queda Barcelona’’, pero tan poco conocido por su ‘‘baila conmigo, cabaretera’’, su ‘‘Corazón’’, o por haber escrito en sus poemas una sentencia incuestionable: ‘‘Un hombre desnudo frente a su espejo / es solo una verdad a rajatabla’’.
Todo esto da para pensar.
Descubrimientos
Los descubrimientos fueron grandes, y como fueron grandes, fueron satisfactorios. Una de las mayores sorpresas que me llevé fue leer a Solange Rodríguez. Había escuchado excelentes comentarios sobre su obra. Pero descubrir en una profesora (porque Solange además de ser escritora también es docente universitaria) los cimientos de una cuentística tan poderosa, fue enriquecedor. Ella me dio clases este año. Y con esto puedo decir que los alumnos muchas veces no nos damos cuenta de quiénes son realmente nuestros profesores. Solange lanzó esté año un nuevo libro de cuentos que además tuve el privilegio de presentar: ‘‘De un mundo raro’’. Cuentos como ‘‘Una luz inolvidable’’, ‘‘La noche del hombre salvaje’’, o ‘‘Una nueva especie’’, son de antología. Leí también con fascinación ‘‘La primera vez que vi un fantasma’’, publicado por Candaya en 2018. Ambos excelentes.
Otro gran descubrimiento fue leer ''Extrañas'' de María Paulina Briones. Paulina es mi amiga y es amiga de todos los que somos clientes frecuentes de La Casa Morada. Un día, recuerdo, en una de mis visitas vi un libro suyo entre las novedades: ''Extrañas'', decía. Al preguntarle, me dijo que era un libro que había publicado por allá en el 2013 y que era el único ejemplar que le quedaba. En lo personal, no conocía mucho de lo que había escrito. Por suerte me lo prestó. Había leído su poemario ''Tratado de los bordes'', libro que si le caes bien y tienes algo de suerte, te regala. Me había parecido interesante. Pero ''Extrañas'' me encantó. Se trata de un librito delgado, pequeño, que oscila entre el diario y la novela. Un librito dueño de un lirismo potente y en ocasiones, de un humor encantador.
Por otra parte, Ángela Arboleda publicó ''Tuétano''. Un libro inclasificable. Novela, libro de cuentos... quién sabe. Lo importante es leerlo, entrar en las reflexiones en torno al cuerpo y el espacio que aborda su voz narrativa y disfrutarlo. ''Tuétano'' se plantea como un libro para leerse desde la oralidad y sin orden aparente. Ángela Arboleda es narradora oral y en esto no defrauda: sabe cómo sostener al lector, y lo más importante, de vez en cuando, sacudirlo.
Relecturas
Este año releí ‘‘Nuestra piel muerta’’, de Natalia García Freire. Ya he hablado antes de este libro en el blog. Y no sólo en el blog, sino en todas partes. Es una novela que recomiendo cada vez que puedo. La primera vez que lo leí fue allá por el 2019, gracias a la recomendación de una profesora de la universidad. Quedé fascinado. Le escribí una reseña en el blog, una de las primeras. Pensé en incluirlo en mi lista de mejores lecturas del 2020 pero no me pareció pertinente al no haberlo leído ese año. Sin embargo, este 2021, por Octubre más o menos, fui invitado a dirigir varias sesiones del Círculo de Lectura de la Biblioteca de las Artes. Y como es natural, lo elegí. De tal manera que tuve que releerlo. Es un libro que en la relectura me gustó más todavía. Volver a encontrarme con la voz de Lucas, advertir con mayor cuidado detalles que no había captado en una primera lectura, fue emocionante. Sin duda, ‘‘Nuestra piel muerta’’ es una de las mejores novelas ecuatorianas que se han publicado y se publicarán en mucho tiempo.
Mi otra relectura importante del 2021 fue ‘‘Uzalá & El ruido rojo de las flores’’. Lo releí para escribir una reseña. Editorial Kikuyo me lo había enviado a finales de 2020. Hice una entrevista con la autora, por motivos que no recuerdo, no pude escribir la reseña hasta marzo del año pasado. Uzalá es un poemario que toma nombre de ‘‘Dersú Uzalá’’, película de Kurosawa. En él, a través de varias referencias a libros, películas y canciones, la voz poética reflexiona sobre el espíritu de las cosas. Incluyo este libro en la lista, además, porque me parece que no se hablado lo suficiente de él. O no tanto como merece.
(Esta lista no pretende ordenar de mejor a peor. Solo enumerar)
1. Obra Completa, de Gilda Holst.
2. Azulinaciones, de Natasha Salguero.
3. Tuétano, de Ángela Arboleda.
4. Habilidad con los caballos, de Roy Sigüenza.
5. Extrañas, de Maria Paulina Briones.
6. De ñeque y remezón, de Fernando Artieda.
7. La primera vez que vi un fantasma, de Solange Rodríguez.
8. De un mundo raro, de Solange Rodríguez.
9. Nuestra piel muerta, de Natalia García Freire.
10. Uzalá & El Ruido Rojo de las Flores, de Lucia Moscoso Rivera.
Te leo por primera vez y me encantó la manera clara y directa que tienes de hacerlo. Seré una fiel seguidora tuya. Un abrazo.