FRACTURA PRIMARIA, de Roxana Landívar

Publicada en 2020 por editorial La Caída, ´´Fractura Primaria´´ es la ópera prima de Roxana Landívar. Se trata de un poemario que cierra un ciclo. Las mujeres, su rol en el arte y la historia, son los huesos de una columna vertebral que se rompe, y disloca la mirada de una búsqueda donde la ciudad es el epicentro de la fractura.

La autora divide el libro en tres partes: Fractura primaria, Ciudades cemento, y Retratos de mujeres rotas. La primera parte comienza con Aclaración, una primer acercamiento al dolor.

´´Escribir no me salva/es apenas un leve grito/una mínima pausa/y la mayoría de veces/una absurda/repetición del dolor´´.

En pocas palabras: escribir condena. Por ello, ´´Ser escritora´´, en cambio, es un primer rompimiento. Una reafirmación. El recorrido por Plath, Woolf, de Beauvoir; escritoras a las que todos tuvieron, y desecharon. Para erradicar la marginación hacia la artista, hay que dejar de hacer fila, dice Landívar. Hay que matar a las musas, falsos instrumentos de creación. La mujer no es ni será la madre del poeta. Y para acabar con esto, hay que arrancar el problema de raíz, identificar los orígenes. De eso trata ´´Salve, oh Patria´´, de dudar de la historia. De acabar con los falsos héroes, que a su vez, son la herencia recargada sobre el presente. Pero, ¿Cuál es la superficie donde recae la influencia? La ciudad. Hay que dudar de ella todo el tiempo, reivindicarla. ´´Ciudades cemento´´ nace de la necesidad de desprenderse y comprender que ciudad que dejamos, no es la misma a la cual volvemos. Algo se ha ido a través de las calles, y se ha llevado una parte de nosotros. Esa meditación constante desemboca en ´´Retratos de mujeres rotas´´, el vislumbramiento de una encrucijada: mujeres de diferentes generaciones que se juntan, y crean en ´´Retrato final´´, a una mujer que afirma convertirse en todas utilizando disfraces.

´´Me disfrazaré/seré otra/voy a ser esta comedia/esta trampa que te aniquile/una llama que lo queme todo´´.

Con la venia de Pizarnik, Roxana Landívar construye un yo poético que se libra de las ataduras. Una voz que habla desde la experiencia, y destruye el orden natural de las cosas. Esta primera entrega no solo demuestra de lo que la autora es capaz, sino también deja a sus lectores con la sensación de que se viene un proyecto promisorio dentro de la nueva poesía latinoamericana.